Malaguzzi decía que inicialmente reflexionó mucho sobre el trabajo de Maria Montessori, pero fue para ir más allá: Montessori es como nuestra madre, pero como ocurre con todos los hijos, tienen que independizarse de ella.
Pero..¿quién es Loris Malaguzzi?
En el ámbito educativo, Loris Malaguzzi es reconocido como un líder innovador, siendo el principal impulsor del enfoque pedagógico Reggio Emilia. Su vida y trabajo han dejado una profunda huella en la educación infantil, desafiando las normas establecidas y promoviendo un enfoque centrado en el niño.
Loris Malaguzzi abogaba por una educación que fomentara la reflexión, el diálogo y la cercanía con los niños, rechazando las prácticas tradicionales centradas en el adulto.
Así, la pedagogía Reggio Emilia se basa en la idea de que los niños son activos, exploradores y poseen muchas formas de expresión. En consecuencia, el pedagogo apuesta por un currículo que promoviera la creatividad y el trabajo basado en proyectos. Todo ello en relación con el contexto cultural de los infantes.
La pedagogía de Malaguzzi
Su trayectoria pedagógica cobró relevancia después de la Segunda Guerra Mundial cuando apoyó a un grupo de residentes en la reconstrucción de una escuela en Villa Cella, cerca de Reggio Emilia, Italia. Esta iniciativa llevó al establecimiento de una escuela para niños pequeños. La pedagogía de Malaguzzi, reconocida por Newsweek en 1991 como uno de los mejores sistemas educativos del mundo, desafía las visiones tradicionales de la infancia. Y es que, al considerar a los niños como seres activos y exploradores, Loris Malaguzzi cambió el enfoque hacia el menor como protagonista en una sociedad que a menudo marginaba sus voces.
El enfoque se basa en varios principios básicos que buscan promover un ambiente de aprendizaje centrado en el niño, participativo, constructivista y democrático. Principios fundamentales que, por un lado, guían la práctica pedagógica en las escuelas Reggio Emilia y han influido en sistemas educativos de todo el mundo; y, por otro, reflejan la visión de los niños como seres competentes y activos en su propio proceso de aprendizaje, así como la importancia de la colaboración entre educadores, familias y la comunidad en el entorno educativo.
Una de las características de las escuelas municipales de Reggio Emilia es la vigencia de sus reflexiones teóricas y la importancia de la búsqueda y la experimentación, basada en el proceso de formación continua de los trabajadores. Otras características como son el trabajo en equipo, la presencia del taller, la firme y viva participación de las familias y de los ciudadanos y la relación sinérgica con todas las culturas del país. Los niños y niñas de 0 a 6 años, son considerados como sujetos con derechos y capacidades, y en el que se favorece el desarrollo de todos sus lenguajes: expresivo, comunicativo, simbólico, cognitivo, ético, metafórico, lógico, imaginativo y relacional.
Loris Malaguzzi y David Hawkins en el preescolar municipal Diana, Reggio Emilia, 1990
Los Cinco Fundamentales
- El niño como protagonista: Se reconoce al infante como un ser fuerte,
capaz, curioso e interesado en establecer relaciones. Se valora su potencial, curiosidad e interés en construir su aprendizaje dentro de su entorno.
- Docente competente, colaborador, investigador y guía: Los educadores en el marco de educación Reggio Emilia acompañan a los pequeños en la exploración de temas, proyectos e investigaciones, actuando como facilitadores del aprendizaje y guías en el proceso de construcción del conocimiento.
3.Espacio como tercer maestro: De acuerdo a lo propuesto por Loris, se considera que el diseño y uso del espacio en el entorno educativo promueve relaciones y encuentros significativos. Así, cada rincón y elemento de este se valora y se organiza de manera que fomente la interacción, creatividad y aprendizaje.
4.Las familias como aliadas: Por supuesto, la participación activa de las familias es fundamental en la pedagogía Reggio Emilia. De esta forma, se reconoce a los padres y madres como colaboradores en la educación de sus hijos, y se fomenta una estrecha relación entre la escuela y la familia para garantizar el bienestar y desarrollo integral.
5. La documentación pedagógica: Se emplea para mostrar cómo tanto los pequeños como los adultos colaboran en la creación de cultura y conocimiento, y puede manifestarse a través de diversas formas de arte. Esto de cara a informar a los padres sobre las experiencias de sus hijos, ayudar a los educadores a comprender mejor a los niños, evaluar su propio desempeño y compartirlo con otros.
Malaguzzi ha expresado muy claramente que nada en la escuela debería suceder sin alegría, lo que resalta la importancia de un enfoque educativo que inspire felicidad y entusiasmo en los niños y niñas. La creación de espacios físicos y emocionales que estimulen la creatividad y la interacción social refleja el compromiso de Malaguzzi con una educación centrada en el alumno y la alumna.
El significado de la escuela, desde la perspectiva Reggio, está sujeto a una atención democrática, como sostiene Carla Rinaldi es un lugar para la transmisión y la creación de cultura y valores, un lugar que reconoce a los niños como ciudadanos, un lugar de oportunidad, donde saber e identidad se construyen y donde los procesos de aprendizaje se analizan siempre en relación con los otros. Es un foro, un lugar de encuentro, un lugar de construcción, un taller, un laboratorio permanente. Es un lugar que es simultáneamente una comunidad y a la vez parte de una comunidad especial donde los más jóvenes son invitados a crecer con el espíritu, con la sensibilidad y con el sentido de pertenecer a una comunidad más vasta.
Para Loris los centros son como un puerto, un lugar de lugares, un lugar de intercambio donde los barcos hacen escala al caer la tarde, donde vienen a abastecerse, pero sobre todo a contar y escuchar, porque contando y escuchando se cambia y se crece.
La cultura del maestro debe ser amplia y espacial sobre muchos ámbitos del saber, no solo pedagógico y psicológico, es un maestro culto, no solo porque sabe un saber multidisciplinario, sino, porque tiene la cultura de la investigación, de la curiosidad, del trabajo en grupo: la cultura del proyecto. Es necesario un maestro que se sienta parte, participe de del proceso como maestro, pero principalmente como persona.
Un maestro como decía Loris, que a veces sea el director de cine, otras el guionista y alguna vez el apuntador. Que sea suave y malhumorado, que sea el electricista, el que distribuye los colores y que incluso sea el público: que mira, que a veces permanece mudo, emocionado, que a veces juzga con escepticismo y otras aplaude con entusiasmo.
PROPUESTA PARA ENFOCAR NUESTRA MIRADA.
Utilizar lenguajes diversos. A los niños y niñas se les enseña que no hay un único camino para el aprendizaje.
Estrategias de documentación. Diarios que puede ver en las puertas de las aulas.
El concepto del tiempo. El tiempo de la infancia no tiene etapas, tiene su propio ritmo, a los niños hay que darles tiempo para la observación, tenemos que tomarnos nuestro tiempo para hablar con ellos, para que hagan sus descubrimientos sin que les dirijan los adultos.
El lugar que ocupa la imaginación.
El taller. El profesor del aula trabaja propuestas pláticas visuales con pequeños grupos.
El atelierista. Taller más amplio y equipado.
“A menudo, la literatura ha acallado la voz de los niños desde la ignorancia, pero los niños hablan, hablan siempre y aunque a menudo sus palabras se parezcan a las nuestras, nos conducen a mundos y significados lejanos. Sin embargo, los adultos no tenemos capacidad suficiente para comprenderlos, hemos perdido la sensibilidad para entender sus palabras. Dar la palabra a la infancia es dar a los niños el derecho de ser autores de su propia vida”. Sergio Spaggiari.