Rituales para dar la Bienvenida a las Estaciones

Rituales para dar la bienvenida a las estaciones.

Dice Byung-Chul Han, filósofo y ensayista surcoreano, que los rituales transformen el estado en el mundo, en un “estar en casa”. Hacen del mundo un lugar fiable. Ordenan el tiempo, lo condicionan.

En definitiva, los rituales dan estabilidad a la vida. Parafraseando las palabras de d’Antoine de Saint-Exupéry (el autor del Principito), se puede decir que los rituales son en la vida lo que en el espacio son las cosas.

En El Principito recibimos lecciones sobre la vida, en este caso: hacer que cada momento sea especial depende del ritual, así que ¿por qué no incorporarlo en nuestra práctica educativa?

Los rituales aluden a la valoración de cada momento, de cada persona, haciendo de un momento único e irrepetible, como son los cambios de estación. Estos rituales están pensados para crear momentos de conexión e intensidad emocional.

Aunque las cosas se acaben, o la gente se vaya, la verdad es que si lo vemos como algo aislado, no tiene ningún sentido. La magia y la belleza de la vida radica en evocar, disfrutar y recordar los momentos, y todo esto se aprende a través de la experimentación.

El hermoso aroma que nos recuerda nuestra infancia, o el perfume de nuestra madre o padre, o el olor de tu hijo/a recién nacido,  no sería el caso si no hubiéramos pasado por nuestras experiencias anteriores. Por eso vale la pena vivir y aprovechar al máximo cada momento.

 

Un ritual es lo que hace que un día sea diferente de los otros; en nuestro caso dar la bienvenida a las estaciones. Así que empezamos:

Mabon, nos adaptamos a los cambios de la naturaleza: el otoño

Mabon corresponde al equinoccio de otoño, también conocido como la segunda cosecha.

Con la igualación del día y la noche durante el equinoccio de otoño, las sociedades agrícolas comenzaron a prepararse para la próxima temporada de invierno adaptándose a los cambios de la naturaleza. La lucha constante entre el día y la noche favorecerá a la noche durante aproximadamente seis meses.

Las mesas preparadas durante la fiesta del Mabón son casi fiestas gastronómicas, reflejo de la abundancia de la naturaleza y enriquecidas con productos de temporada. En muchos centros celebran la castañera, o santa Catalina, que es un reflejo de lo que acabamos de explicar. Dado que la base del Mabon son los productos cosechados, los alimentos que se sirven en la mesa suelen consistir en frutas y verduras de otoño. Platos como la sopa de calabaza, la tarta de manzana, el puré de patatas y el pan de maíz son indispensables en estas mesas.

Nuestro ambiente se prepara con luz tenue, una música relajante e incienso. Aquí os dejo música celta para acompañar el momento.

https://www.youtube.com/watch?v=MZkcfMMsIoE

Podéis contar un cuento relacionado con el equinoccio de otoño mientras escucháis la música, caminar por una espiral creada con piñas, hojas secas, trozos de ramas que han caído de los árboles… escuchando y sintiendo el momento tan mágico que vais a crear.

 

 

Yule, la oscuridad del invierno y la esperanza de días más luminosos: el invierno.

Yule tiene sus raíces en las antiguas tradiciones germánicas y escandinavas. Según los registros históricos, los pueblos nórdicos observaban esta festividad durante el solsticio de invierno, el día más corto y la noche más larga del año. Era un momento para propiciar un buen año venidero.

Las hogueras y velas no solo proporcionaban calor y luz en la oscura temporada invernal sino que también simbolizaban el renacimiento del sol. Los nórdicos creían que, al encender fuegos, ayudaban a revitalizar el sol y a asegurar su regreso.

Al igual que en anterior equinoccio, nuestro ambiente se prepara con luz tenue, una música relajante e incienso…si no la conocéis Aurora tiene canciones con un mensaje muy potente y su  voz es muy cálida, te conecta emocionalmente con lo que vais a hacer.

Escúchala aquí: https://www.youtube.com/watch?v=R4X9GKEFnKc

Podéis contar un cuento relacionado con el equinoccio de otoño mientras escucháis la música, caminar por una espiral creada con velas, hojas secas, trozos de ramas que han caído de los árboles escuchando y sintiendo el momento tan mágico que vais a crear.

 

Ostara, el resurgir de la vida: la primavera.

Es el momento del año en que los contrarios, el día y la noche, se armonizan, se equilibran.

Esta fiesta simboliza la vida, el despertar de la tierra que hasta ahora, ha estado inerte por el paso del frío invierno. Es por ello que representa la fertilidad dando paso al comienzo de la primavera, el momento del germinar de las plantas y del criar de los animales. Ostara simboliza también el renacer, la vida tras la muerte. Los colores se hacen más luminosos y brillantes. Se respiran los aromas de las flores, se escuchan los zumbidos de las abejas y el canto de los pájaros. Los animales que hibernan salen de su letargo para retomar fuerzas y hacer frente al periodo primaveral.

Es una fiesta de carácter alegre, dedicada a la luz y a la fertilidad de los animales, del campo y de las personas. De cariz diurno, era la primera fiesta del año que se celebraba al aire libre, aprovechando el buen tiempo.

Con nuestro alumnado, previamente, hacemos una mariposa, símbolo de transformación y formamos una espiral con dichas mariposas y flores. En sus alas escriben el mensaje: “en lo que creo me convierto”

Mientras pasan por la espiral, en silencio, escuchando la música, contamos un cuento relacionado con el equinoccio de la primavera, cuando finaliza un alumno/a el paseo por la espiral le da paso a su compañero/a con un abrazo.

 

Litha, la fiesta del fuego. El verano.

Sus tradiciones proceden de muchos pueblos distintos, pues la mayoría de las culturas antiguas celebraban el solsticio de verano como un gran acontecimiento.

La magia del pasado nos ha llegado, a través de los tiempos, hasta el día de hoy. Esta fiesta, renombrada como Noche de San Juan, se sigue celebrando, año tras año, por todo lo alto. Es fascinante esta noche y la magia que se siente en el aire durante ella. Siempre ha sido un momento del año muy especial.

A día de hoy se sigue haciendo rituales alrededor de las hogueras, se canta, se baila y se cuentan historias, al igual que hacemos en nuestro ambiente que como ya sabéis preparamos el ambiente…Pero en esta ocasión un poco diferente al resto del curso. Este ejemplo de ritual es para cuando acabamos etapa, tanto en infantil como en primaria.

Vamos a crear en una casa de pajaritos que colgaremos en algún árbol del centro, preferiblemente en la entrada y pondremos nuestros nombres en los palitos de polo que introduciremos en la casita.

Mientras hacemos esto con una música que os conecte, podéis leer el siguiente texto:

Esta casita de pájaros representa los recuerdos, los aprendizajes y las experiencias vividas en esta escuela. Introducimos nuestros nombres y lo colgamos en el árbol de la entrada, dejamos constancia de vuestra presencia en esta escuela durante estos años.

Al igual que los pájaros encuentran refugio y seguridad en esta casa, queremos que vosotros también sintáis que esta escuela siempre será un lugar donde podéis volver, donde seréis recordados con cariño.

El árbol, fuerte y con grandes raíces, es un símbolo de estabilidad y el apoyo que habéis recibido. Que esta casa de pájaros sea un símbolo de amistad y crecimiento y un recuerdo de que siempre seréis parte de nuestra familia del colegio.

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